TOCAR CON DOLOR LIMITA EL RENDIMIENTO DE LOS MÚSICOS
En los músicos el dolor no necesariamente es un indicativo de estar lesionado, “El Dolor está asociado a sensaciones desagradables agudas o leves que desencadena el sistema nervioso como forma de protección ante una lesión real o potencial”.
Si bien es cierto que a través del dolor puede identificarse una lesión o enfermedad, también es una señal de alerta preventiva de sobre uso muscular, exceso de movilidad de las articulaciones, malos hábitos posturales y sus consecuencias como cansancio, tensiones acumuladas, contracturas, entre otras causas.
Para los músicos es común el pensamiento “mientras más toco más resultados a nivel técnico, interpretativo y musical tengo” que aunque no siempre es así y además se convierte en un factor de riesgo; la repetitividad, posturas en contra de la naturaleza, el tiempo de práctica, la constante necesidad de perfeccionamiento entre otros aspectos inmersos en la ejecución del instrumento como el estrés la ansiedad y la presión, son causales de estos síntomas que se manifiestan a nivel físico en dolencias.
En el mejor de los casos estas no interfieren con la práctica del instrumento, sin embargo la mayoría de las veces incide en el rendimiento y por ende en la calidad de la ejecución. Esto no significa de ninguna manera que el dolor es sinónimo de seguir tocando, todo lo contrario, es una señal que indica que se debe parar, no necesariamente porque se esté lesionado sino como medida de prevención, muchos músicos no prestan atención a las señales que en principio solo representan una incomodidad pero que más adelante pueden convertirse en una lesión.
Tocar con dolor además de ser perjudicial al bienestar del músico, puede empeorar sus condiciones y afectar su ritmo de estudio, limitando también el desarrollo de su profesión, puesto que el cuerpo al no estar en su 100% está generando un gasto de energía mayor al de solo tocar el instrumento, incluyendo la frustración, preocupación y ansiedad que puede generar una molestia física, también es un condicionante de la práctica.
Dentro de las dolencias más comunes asociadas a la profesión musical, están por supuesto las relacionadas con músculos y tendones (fatiga muscular, contracturas, inflamación de los tendones) seguidamente pero quizás las más recurrentes las afecciones posturales, en especial las que tienen que ver con la columna vertebral y la espalda (dolor cervical, dorsal o lumbar, contracturas musculares), estas además pueden generar o ser el inicio de lesiones más graves.
¿Cómo evitar tocar con dolor?
Un aspecto importante a cuidar en los músicos es la postura, no solo a fin de prevenir estas dolencias sino que además a partir del fortalecimiento y acondicionamiento de la musculatura postural, pueden evitarse otras dolencias asociadas a la práctica.
Hacer ejercicios de preparación física antes de tocar sugiere el calentamiento de la musculatura a través de ejercicios con la finalidad de que esta esté preparada para el esfuerzo que implica la ejecución del instrumento y la repetitividad característica de la ejecución del instrumento, esto además es una herramienta para conocer cuáles son los límites de cada músico en cuanto a dolencias y tiempo de práctica que puede tolerar.
Tomar pausas activas durante la práctica que son pequeñas interrupciones durante la actividad musical, que deben incluir ejercicios con la finalidad de reducir la fatiga física, mental, visual, el estrés y además previene lesiones. Lo recomendable es que por cada hora de estudio, existan al menos 15 minutos de pausa, en los cuales puede realizarse una rutina corta de ejercicios dedicados al estiramiento, relajación, respiración, auto masaje, entre otras actividades que además de formar parte del estudio permitan un breve descanso.
Un beneficio particular de las pausas activas es que evitan el cansancio mental y promueven un mejor rendimiento; considerando que el descanso es esencial para observar los resultados de la jornada, no se trata de tomarse horas, sino algunos minutos que aportaran efectividad al músico.
Y finalmente la Terapia Preventiva, para muchos músicos el hecho de realizar sesiones de terapia significa estar enfermos, tener alguna lesión y por ende dejar de tocar, sin embargo sus múltiples beneficios se ven reflejados en el rendimiento, la prevención y el control corporal, mental y técnico dentro de la ejecución instrumental.
Un músico no necesita estar lesionado para hacer terapia, mas todo lo contrario es una herramienta para mejorar y estar listos para cualquiera que sea la actividad, la terapia está destinada a eliminar tensiones generadas de manera inevitable por el estudio, entrenar la musculatura y mejorar la condición física con la finalidad de mantenerse dentro de la práctica sin dolencias y con un nivel óptimo de rendimiento.
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