COMO MEJORAR EL ESTUDIO Y HACERLO MÁS CONSCIENTE EN LOS MÚSICOS


El estudio es una de  las principales actividades del músico, el montaje del repertorio, la revisión de cada uno de los aspectos técnicos, así como la corrección constante de lo que se toca en relación al estilo, estética, matices y detalles dentro de la música son parte de esta jornada.


En especial los músicos aun en formación dedican mucho tiempo al desarrollo técnico, dejando de lado otros elementos inmersos en el hecho de estudiar que tienen que ver con lo cognitivo, emocional y corporal, generalmente el método de estudio más utilizado en la música es la repetición pero poco nos preguntamos ¿hacia dónde va la repetición?
Internalizar que la repetición es un hecho corporal, que además es grabada por el cerebro desde varios puntos por ejemplo la combinación del movimiento, con la nota tocada y el sonido emitido, esto es lo que hace de la música una actividad compleja, quiere decir que también puede grabarse el error de la misma manera que cuando es correcta la ejecución.
El estudio debe enfocarse a una repetición más consciente del movimiento teniendo en cuenta que cada uno de los aspectos técnicos serán accionados a través del cuerpo, que a partir de este hecho la memoria se activa dándole sentido a lo escrito y a los conocimientos por supuesto de lectura y lenguaje musical. La interacción de cada uno de los conocimientos a la hora de tocar un instrumento inicia en la sensibilidad adquirida por la musculatura, la profundidad de la ubicación, manutención de la postura requerida por lo cual el trabajo durante el estudio sería más efectivo si existe una atención adecuada hacia lo técnico-corporal.
Otro punto importante es que durante el estudio no solo deben existir los objetivos técnicos, sino también considerar las habilidades del ejecutante teniéndolas presente como potencialidades del mismo, siendo estas un recurso al momento de estudiar; de aquí la importancia del conocimiento e internalización del esquema corporal, pues a partir de esto el músico puede aumentar sus posibilidades desde todo ámbito generando rendimiento y éxito en la práctica del instrumento.
El estudio regular de un músico puede llegar a ser de 2 a 8 horas diarias, algunas veces este tiempo es repartido entre ensayos, práctica individual y clases, como ya se ha referido en párrafos anteriores en condiciones particulares de repetitividad, posturas específicas y en altos niveles de perfección dándole mayor atención a no equivocarse durante la ejecución del instrumento, por lo que es necesario establecer una práctica basada en la conciencia corporal, con la finalidad de no lesionarse promoviendo además la construcción del estudio con libertad.
Por ello la meta del estudio debe tomar en cuenta el trabajo técnico desde lo corporal, cognitivo, emocional, haciendo de la jornada una práctica más orgánica; cinco tips que pueden mejorar el estudio y hacerlo más consciente en los músicos incluyen:
Plantearse objetivos y planificar el estudio: la mayoría de las veces los músicos se plantean objetivos generales y muy altos en relación a la práctica del instrumento, por ejemplo el montaje total de un concierto sin embargo es primordial plantearse objetivos de menor plazo que sean destinados a un aspecto específico en cada sesión de estudio, por ejemplo la ejecución de un pasaje difícil incluyendo cada uno de los elementos antes mencionados. La planificación del estudio es clave para lograr los objetivos planteados, la mayoría de las veces el estudio inicia directamente tocando, el pasaje que más les cuesta, a la velocidad que necesitan o con la pieza más difícil, una forma de lograr efectividad es organizando el estudio de acuerdo al tiempo de práctica, al repertorio y su dificultad.
El inicio debería estar dedicado al trabajo de escalas que se encuentren dentro del repertorio, con el objetivo de resolver técnicamente de manera más eficiente cada una de las partes, al menos la primera media hora (30 minutos) debería estar enfocada a esto. Luego, considerar las piezas u obras que sugieren menor esfuerzo, que son fáciles mental y técnicamente para el ejecutante.
Posteriormente la dificultad del repertorio, aumentando progresivamente su velocidad y finalmente prestar atención a los pasajes de mayor dificultad. Esto no significa estudiar bajo el esquema de la repetición, todo lo contrario se trata de desfragmentar la complejidad, concentrarse y aumentar el rendimiento siendo más conscientes de las necesidades técnicas y corporales. Tomarse un tiempo para el análisis de la partitura, pensando en los movimientos, la respiración, y la postura, que  también deberían formar parte de la planificación del estudio.
La preparación física antes de tocar: el calentamiento a través de ejercicios físicos es una herramienta clave para que la musculatura esté preparada para el esfuerzo que implica la ejecución del instrumento, la repetitividad, postura en contra de la naturaleza que además es mantenida por largos periodos de tiempo. Prepararse físicamente no solo le aportara a los músicos beneficios corporales sino también prevención de tensiones, aumento del conocimiento de sí mismos, de la concentración y por ende del rendimiento.
Economía del esfuerzo:  desde el punto de vista deportivo sugiere que el esfuerzo se realice con la energía necesaria, al momento de desempeñar  una tarea específica, este concepto se ajusta completamente a la actividad musical, el consumo energético durante la misma responde a la cantidad de movimientos ejecutados, la postura y otros factores como la adrenalina que se presenta en conciertos, audiciones, exámenes etc, lo que permite tocar con un mínimo de tensión, con precisión y un uso adecuado del cuerpo; es un adicional a la técnica no solo porque debe considerarse esto  como parte de la preparación física sino que además puede representar cambios en su rutina de práctica.
Descanso: uno de los problemas más frecuentes en los músicos durante la jornada de estudio es no incluir periodos de descanso en el tiempo de práctica.
Lo recomendable es que por cada hora de estudio, existan al menos 15 minutos de pausa, en los cuales puede realizarse una rutina corta de ejercicios dedicados al estiramiento, relajación, revisión de pasajes difíciles, control de la respiración, auto masaje, entre otras actividades que además de formar parte del estudio permitan un breve descanso. Un beneficio de esto es evitar el cansancio mental y promover un mejor rendimiento; considerando que el descanso es esencial para observar los resultados de la jornada, no se trata de tomarse horas, sino algunos minutos que aportaran efectividad al estudio.
Automotivación: muchas veces los músicos luego de estudiar por largas horas no logran ver mayores resultados, pudo tratarse de una jornada larga de estudio y fue aprovechado solo el 50% esto no solo se debe al hecho de no cumplir el objetivo planteado sino también a lo que produce emocionalmente la repetición y muchas veces a la repetición del error, la perfección necesaria en la ejecución instrumental, que lejos de generar placer aumenta la sensación de frustración en el músico, pensando además en lo que dirá el maestro, en lo que les falta por montar etc. Automotivarse es la clave, darle importancia a lo que de a poco ha salido bien, prestando atención especial a lo que técnicamente esta correcto y aplicarlo a lo que todavía no sale, tener en cuenta que cada sesión de estudio es un tiempo ganado de experimentación y práctica que será la base del éxito de la ejecución instrumental.
Mejorar el estudio y entenderlo desde el punto de vista corporal, mental, cognitivo y técnico es en definitiva una ayuda para optimizarlo, haciéndolo cada vez más efectivo lleno de logros con alto rendimiento.
También puedes ver:
https://www.venezuelasinfonica.com/mejorar-estudio-hacerlo-mas-consciente-los-musicos
Fátima Fernández
Terapeuta ocupacional especializada en músicos
“Entrenando Músicos de Alto Rendimiento” musicosdealtorendimiento@gmail.com
Teléfono:04163470815

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